Pese a el empate al descanso, el optimismo continuaba entre el público local pues con el empate Brasil se estaba consagrando campeón mundial. A comienzos del segundo tiempo en el minuto 2, el brasileño Friaça anotó el primer gol de la tarde. Una gran celebración empieza a inundar el estadio, incluyendo algunos petardos. El capitán de Uruguay, consciente que Brasil estaba en condiciones de avasallar a Uruguay en la efervescencia del encuentro, decidió discutir un pretendido fuera de juego con el árbitro inglés. Cabe aclarar que Varela no hablaba inglés ni el árbitro castellano, lo que derivó en una absurda discusión de sordos. Ni siquiera los propios uruguayos comprendían lo que su capitán buscaba; pero lo cierto es que Varela sabía que provocar dicha discusión terminaría por "enfriar el partido".
Tras bajar la tensión del público y de los equipos, se reanudó el juego, y en el minuto 21, Ghiggia escapó por derecha y tras simular que remataría a la portería optó por el pase al medio del área, donde el ingreso sin marcas de Juan Alberto Schiaffino le permite igualar el marcador del encuentro. Aún con este resultado de 1-1 se adjudicaba a Brasil el mundial. A pesar de ello, la afición brasileña reclamó la victoria y así lo entendió su equipo, el que se lanzó desesperadamente a conseguir un segundo tanto. Para la prensa y la afición de la época, Brasil no podía ser campeón simplemente empatando. Sin embargo, los jugadores uruguayos continuaron defendiéndose acertadamente y continuaron incluso lanzando ataques sobre el área brasileña.
Finalmente, en el minuto 34 del segundo tiempo se articula otro ataque uruguayo donde Obdulio Varela lanza un pase hacia Alcides Edgardo Ghiggia, que entrega el balón a Julio Pérez, quien se la devuelve en corto a Ghiggia que supera al defensa brasileño Bigode, y finge como en el primer gol, lanzar un centro ante el arquero local Moacir Barbosa. Barbosa comete el error que marcará el resto de su vida: da un paso hacia adelante seguro que se repetirá la escena de primer gol y entrega una oportunidad en su primer palo. Ghiggia aprovecha la ocasión y patea un violento tiro entre el arquero y el poste. Anotó así el segundo gol para Uruguay y el estadio quedó en absoluto silencio. Incluso los futbolistas uruguayos quedan impresionados con el repentino silencio en el recinto, donde minutos antes reinaba la euforia de la afición.
https://www.youtube.com/watch?v=FLlVkQHnEP4